No todo lo que piensas es la verdad

No todo lo que crees es la verdad

Una mañana, hace unos treinta años, el abuelito Franz subió al autobús, como lo hacía todos los días, para ir a su trabajo. Se sentó junto al conductor, y en el parabrisas, había un letrero que decía:
¡Convéncete! No todo lo que piensas es la verdad.
Cuenta el abuelito, que ese mensaje, fue un golpe para él, porque no se había puesto a pensar que, tal vez, algunas cosas que creía, no eran la verdad. Es fácil ver los errores de los demás, y darse cuenta que otras personas están equivocadas, pero es más difícil ver los propios errores y entender que algunas cosas que uno cree, son falsas.

¿Sabías que algunas de las cosas que tú crees, ahora mismo, son falsas?