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Hace mucho, mucho tiempo, había un país llamado Egipto. Este país era gobernado por un rey al que llamaban faraón. Cuando un faraón moría, uno de sus hijos se convertía en el nuevo faraón. Esto pasó durante muchos, muchos años.
Un día, hubo un faraón llamado Amenemhet que no era hijo del faraón anterior. Por eso, muchas personas no querían que él fuera el nuevo faraón. Tenía muchos enemigos que decían que él no debía ser el rey.
Amenemhet gobernó por 29 años. Para convencer a su gente de que él debía seguir siendo el faraón, mandó a escribir un papel con una profecía. Esta profecía decía que un rey llamado Ameni salvaría a Egipto de grandes problemas en el futuro. La gente le creyó y lo dejaron ser el faraón hasta que murió.
Después de su muerte, su hijo se convirtió en el nuevo faraón. ¿Por qué crees que la gente le creyó a Amenemhet? Quizás porque la profecía les dio esperanza y les hizo sentir que estaban protegidos.