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Raúl es un joven que estaba manejando sólo el auto de su mamá, pero un día la policía lo detuvo, le pidió su licencia de conducir y le informó que las placas de su auto eran falsas. Raúl se enojó mucho y empezó a gritar al policía, acusándolo de ser corrupto. El joven decía que el policía solo quería una excusa para cobrar dinero, y se negó a mostrarle su licencia.
Después de mucha discusión, Raúl decidió llamar a su mamá para contarle lo que estaba pasando. Sin embargo, cuando su mamá le explicó que las placas del auto eran falsas porque habían sido robadas, Raúl se puso muy nervioso. Él buscó su licencia de conducir, pero descubrió que no la tenía en el auto.
La policía quería castigar a Raúl, pero él se escabulló para evitar enfrentarse a la policía. Al final, su mamá llegó y pidió perdón por el comportamiento de su hijo. El policía, aunque molesto, decidió perdonar a Raúl por el amor que su mamá tenía por él.
Esta historia nos enseña que es importante ser responsable y tener siempre nuestra licencia de conducir con nosotros, además de asegurarnos de que nuestro vehículo tenga placas legales. También debemos tratar a las personas, especialmente a los policías, con respeto y no enojarnos fácilmente. Finalmente, debemos aprender a controlar nuestra ira y ser humildes para pedir perdón cuando cometemos errores.
Espero que les haya gustado esta historia y que les haya enseñado una valiosa lección. ¡Recuerden siempre ser responsables y tratar a los demás con respeto!