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Hoy quiero contarles la increíble historia del milagro de Tonga. Esta es una historia real que ocurrió hace muchos años, pero que sigue siendo muy emocionante e inspiradora.
Todo comenzó cuando seis adolescentes, de entre 13 y 16 años, decidieron escapar de un internado católico muy estricto en la isla Tonga. Querían buscar aventuras y explorar el mundo, así que tomaron prestado un barco y partieron hacia el mar en busca de Fiji o Nueva Zelanda.
Llevaban solo dos bolsas de bananas, algunos cocos y un pequeño quemador de gas. Pero no se preocuparon demasiado, pues estaban llenos de emoción y entusiasmo por lo que les esperaba. Sin embargo, esa emoción pronto se convirtió en miedo cuando, durante la noche, todos se durmieron y se perdieron en el mar.
Durante ocho largos días estuvieron a la deriva, sin agua ni comida. Fue una situación muy difícil y peligrosa, pero estos valientes adolescentes no perdieron la esperanza. Intentaron pescar algunos peces con las manos y juntaron el agua de la lluvia en las cascaras de coco para sobrevivir.
Finalmente, en el octavo día, encontraron una isla. Estaban exhaustos, hambrientos y deshidratados, pero felices de estar vivos. La isla a la que llegaron era desierta, pero tenían la suerte de que había agua dulce y algunas plantas comestibles. Así que se quedaron allí, tratando de sobrevivir y esperando ser rescatados.
Una vez en la isla, los adolescentes se dividieron en tres grupos de dos y comenzaron a trabajar juntos para sobrevivir. Rotaban en el cuidado del jardín, las tareas de cocina y la guardia por si alguien divisaba el fuego y se acercaba. Las peleas nunca llegaron a mayores, y en general se arreglaron separando un rato a quienes las habían causado.
Además, cada día comenzaban y terminaban con una oración y una canción. Uno de ellos incluso hizo una guitarra con un trozo de madera, medio coco y seis cables recuperados del naufragio, lo que les permitió disfrutar de la música y animar sus días.
Los adolescentes también trabajaron en la construcción de una balsa, en un intento de salir de la isla. Desafortunadamente, cuando finalmente la lanzaron al mar, las olas la destrozaron rápidamente. Sin embargo, los adolescentes no se rindieron y siguieron luchando por sobrevivir en la isla.
Finalmente, después de 15 meses en la isla, los adolescentes fueron rescatados por un barco que pasaba cerca de la isla. Fueron llevados de vuelta a sus hogares, donde sus familias los recibieron con alivio y alegría.
Esta historia es una lección de resiliencia, perseverancia y trabajo en equipo. Los adolescentes enfrentaron desafíos increíblemente difíciles, pero se apoyaron mutuamente y encontraron formas creativas de sobrevivir. Aprendieron que, incluso en las situaciones más difíciles, la colaboración y la solidaridad pueden hacer una gran diferencia.
Así que recuerden que trabajar juntos y apoyarse mutuamente es importante en cualquier situación. Y si alguna vez se encuentran en una situación difícil, nunca se rindan y sigan luchando, porque nunca se sabe cuándo podría llegar un barco de salvación.